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Quiet Quitting (Renuncia Silenciosa) en el Matrimonio

Foto del escritor: José Antonio Torres José Antonio Torres


EL QUIET QUITTING EN EL MATRIMONIO

Últimamente se oye mucho hablar del ‘quiet quitting’ (renuncia o dimisión silenciosa) en los ambientes laborales. La gente se cansa de sus trabajos y decide dar un paso a un lado, al menos mental y emocionalmente. Reducen el ritmo de trabajo de manera silenciosa, formando una revuelta o revolución en contra de las reglas o códigos internos de las oficinas y especialmente en contra de la expectativa de que dedicarán la mayor parte de su tiempo a su trabajo.

Pero no toman esta decisión porque estén optando por una mejor posición. Deciden quedarse (o más bien no irse) pero ya no trabajan con entusiasmo, ni ganas. Tampoco lo comunican a nadie, solamente se dejan llevar, cumpliendo con lo mínimo.

Esto que parecería una irresponsabilidad puede ser también un cambio de filosofía: huir o luchar contra la cultura del estrés. Normas muy rígidas, centradas en la tarea más que en la persona, que genera un estrés excesivo en los empleados y que no están dispuestos a aceptar o adoptar como parte de su estilo de vida ni como ‘cultura laboral’.

Este fenómeno se ha disparado en los últimos años, escalando en la pandemia, que nos trajo a todos un estrés de facto y que llevó a muchas personas a no querer lidiar con un estrés añadido o con una cultura laboral adversa, etc.

Pero ¿Por qué no renunciar directamente? Por supuesto, el motivo es económico. No todas las personas pueden darse el lujo de renunciar a un trabajo que no quieren pues necesitan del pago de su sueldo para subsistir.

Si bien es un tema que se da primordialmente en el mundo laboral y del que se pueden encontrar innumerables artículos en internet, quisiera cambiar un poco la óptica y trasladarnos al mundo familiar: ¿Qué pasa en casa, o qué ha estado pasando en los hogares cuando el mundo atraviesa por una pandemia, la cultura laboral no ha cambiado lo suficiente y las normas o expectativas laborales siguen siendo rígidas y generando altos niveles de estrés?

Pues en casa, también hay mucho estrés, lo ha habido siempre, acentuado por la pandemia, independientemente del trabajo o empleo que uno tenga, nuestros hogares se han convertido en cunas o generadores de más estrés.

El fenómeno se da en los matrimonios. Con o sin hijos, con o sin home office, las incertidumbres económicas, de salud y de estabilidad financiera han hecho que incluso en plena pandemia muchas familias no sientan su hogar como el lugar al que se vuelve, sino el lugar del que se huye… Así las personas no están a gusto en su trabajo pero llegar a casa tampoco se convierte en el remanso de tranquilidad o carga de baterías que debería ser para muchos.

No es el caso enumerar aquí las dificultades que puede tener una familia porque las conocemos y vivimos todos. Solo diría que nos enfrentamos a una época difícil con niveles de estrés nunca antes vistos.

LA RENUNCIA SILENCIOSA EN LAS FAMILIAS Y MATRIMONIOS

El fenómeno del Quiet Quitting se replica dentro del hogar, en los matrimonios con consecuencias gravísimas.

Muchos matrimonios, aquejados de estrés, encuentran imposible la con-vivencia con el otro. El problema es que la solución a esa situación no está tan a la vista, o dicho de otra manera, en el trabajo puedes renunciar, incluso pedir audazmente un aumento de sueldo, o un cambio a un régimen híbrido o de home office, o bien, encontrar otro trabajo.

En los matrimonios no es tan sencillo, no aplica de igual manera la misma solución: no se puede sustituir al cónyuge, progenitor de tus hijos, ni tampoco es tan fácil salir a rentar una nueva casa en la que se pueda descansar mientras la familia se queda en casa, pues en nuestros hogares tenemos responsabilidades y dependientes económicos y emocionales.

De ahí que se hable y se vea cada vez con más frecuencia el divorcio emocional: matrimonios que viven como fantasmas en su propia casa. Han decidido que no pueden irse pero la convivencia está rota, el diálogo bloqueado y se remiten a ‘cumplir’ con las responsabilidades mínimas para ‘afectar lo menos posible a los hijos’.

Estamos nuevamente ante el Quiet Quitting, la renuncia silenciosa más peligrosa de todas: bajar los brazos ante el proyecto de vida del que los mismos cónyuges son fundadores, su propia familia, y con actitudes similares a las que encontramos en la renuncia silenciosa laboral: falta de comunicación, falta de empatía, disminución en el sentido de pertenencia, no sentirse valorados, pérdida de la confianza.

Deciden seguir juntos pues no ven otra salida, a falta de dinero, de un lugar a dónde ir, o a veces, por no causar un trauma a sus hijos (aún cuando ya han visto suficiente drama).

Se dejan llevar, el matrimonio continúa pero dejan de luchar, ante el declive no ponen las manos, porque creen que su relación está rota y es irreparable (aún así no está claro que el nivel de estrés emocional baje, sino al contrario). Es vivir en un letargo, una depresión, e intentan (sobre)vivir en una especie de sedación mental y emocional.

SE HABÍA QUEDADO POR EL DINERO Y POR LOS NIÑOS

Después de pedir ayuda a su consultor familiar quien les dijo que les ayudaría a arreglar las rupturas matrimoniales, ella no quería que le arreglaran su matrimonio, ¡quería el divorcio!

En ese momento se sintió con fuerzas para decirle a su esposo que lo dejaba en ese momento. Enlistó los motivos frente al consultor matrimonial pensando que eran aquellos viejos motivos que su esposo ya conocía. Pero mientras los mencionaba se sorprendió de la sorpresa de su esposo, que estaba boquiabierto, como si nunca hubiera escuchado estas razones.

El consultor le preguntó al esposo: "¿Sabías que tu esposa no es feliz en el matrimonio?" Él contestó que no lo sabía.

¿Cómo es que no sabía de la infelicidad de su esposa? Respuesta fácil, ella no había externado motivos en ningún momento, solamente había decidido hacerse a un lado, Quiet Quitting.

Ella pensaba que en los últimos años no había ocultado su inconformidad, pero al mismo tiempo, esta situación era una sorpresa injusta para él. El Quiet Quitting matrimonial los había puesto en un aparente callejón sin salida.

¿MÁS DIFÍCIL EL ‘LOUDLY QUITTING’?

Poco después de haber acudido a esa terapia, ella decidió continuar con el divorcio. Fue doloroso, tal como lo pensaba, el divorcio siempre duele. Se sintió mal. Además, una vez fuera, se fueron cumpliendo todas aquellas cosas que temía:

De vivir en una casa, pasó a vivir en un pequeño apartamento, que batalló para encontrar. Dificultades económicas. Por fortuna, lograron mantener a los niños en la misma escuela tramitando becas extraordinarias.

El marido se mudó a un apartamento aún más pequeño, que le impedía recibir a sus hijos ahí, en las fechas en que le correspondían las convivencias, optó por verlos solo el fin de semana, para poder pasear en lugares públicos. Después de dedicar horas extras a su trabajo, se encontraba cuatro paredes silenciosas, sin su esposa y sin sus hijos.

Ella pensó que el Quiet Quitting sería la solución para su matrimonio, que las cosas simplemente mejorarían, pero no. Estaba confinada en una situación incómoda y difícil pero no solo para ella, sino para toda su familia y la única salida que encontró fue la ruptura.

AHORA ESTAMOS CONTENTOS

Después de poner fin a su matrimonio, ambos han crecido. Él se volvió a casar al poco tiempo. Ella se siente más aterrizada y con más fuerzas para afrontar nuevos proyectos.

Aún así, ninguno de los dos recomienda aplicar el Quiet Quitting, sino más bien, quitarse la ‘curita’ antes y de algún modo ventilar las heridas y no esperar a que la familia, el proyecto familiar, se carcoma o erosione (todo duele).

Por supuesto que duele. No es fácil dar el paso ni dar con la solución perfecta. Pero al final, vaciarse de esos sentimientos o resentimientos es lo más sano. Solamente la salida directa (Loudly Quitting, aunque también puede ser solo Quitting para evitar los gritos), hablar las cosas con claridad, es lo que te permitirá poder continuar con tu vida, sin malos entendidos y con más tranquilidad, tal vez juntos, o tal vez separados. Y eventualmente, ponerte nuevamente en camino hacia la felicidad.



Si te identificas con alguna de estas situaciones o crees que debes pedir ayuda para aclarar dudas o saber qué camino tomar ¡Podemos ayudarte! Resolvemos tus problemas familiares con sentido humano.

Llámanos, escríbenos o manda whatsapp.

Datos de Contacto:

Página web: www.joseantoniotorres.com.mx

Correo electrónico: joseantonio@joseantoniotorres.com.mx

Teléfono/Whatsapp: +528121082323



2 Comments


Maricruz Malerba
Maricruz Malerba
Jun 23, 2024

Nesesito mi divorcio

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Maricruz Malerba
Maricruz Malerba
Jun 23, 2024

K nesesito para divorcio vivo en Monterrey

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